viernes, 20 de septiembre de 2013

Antonio Machado y los títeres



Antonio Machado.

El azar polichinesco me ha llevado estos días inesperadamente a Colliure, una pequeña localidad que se encuentra en la llamada Côte Vermeille, la Costa Brava francesa que empieza al sur de Argelès-sur-Mer y acaba en Portbou, ya en el lado español. 

Una ciudad hoy pequeña y turística que sin embargo fue el puerto comercial más importante de la región en la época medieval –con un magnífico Palacio Real donde los reyes de Mallorca solían pasar el verano, hoy muy modificado por las reformas de Vauban, el arquitecto que transformó el paisaje militar francés durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol.

La otra gran curiosidad de Colliure es que en ella murió Antonio Machado el 22 de febrero de 1939, al poco tiempo de llegar tras huir de España. Se trata de uno más de los dramáticos sucesos que ocurrieron en aquellos aciagos días en la frontera catalana entre Francia y España, pero que la gran altura literaria de Machado, uno de los más grandes poetas en lengua castellana del siglo XX, lo convierte en un episodio infinitamente triste del final de la Guerra Civil Española. 

Se preguntará el lector qué relación existe entre Machado y los títeres, y le diré que ninguna. Que yo sepa –y ojalá me equivoque…–, nunca el poeta sevillano se interesó por esta lateralidad de las artes de Talía, aunque sí escribió para la Musa varias obras de teatro: "Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel" (1926), "Juan de Maraña" (1927), "Las adelfas" (1928), "La Lola se va a los puertos" (1929), "La prima Fernanda" (1931) y "La duquesa de Benamejí" (1932). 

Pero si me atrevo a asociarlo al gremio de los titiriteros, es porque Machado también jugó a desdoblarse (como ese otro gran “titiritero literario” que fue Fernando Pessoa) en otras personalidades, siendo una de sus “máscaras” o alter ego más conocido la figura de Juan de Mairena. Un profesor que en cierto modo ocupó el papel de maestro del mismo poeta, al poner en su boca –o en su pluma– las ideas estéticas aplicadas por Machado en su obra. Como dijo el propio Mairena en Nuevas canciones:

“Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario”.
La estación de tren de Colliure.
Pero lo que redobla el interés de las ideas de Mairena, es que se centran en el principio de síntesis, que el poeta asociaba a su amor por la sencillez, el despojo y la austeridad. Es decir, los mismos principios que definen el arte popular de los títeres  –la síntesis como base estilística– , es lo que defiende Mairena en sus “sentencias, donaires, apuntes y recuerdos”.

Un principio que impregnó también los últimos días del poeta, inmerso en un despojamiento total de su condición humana, reducido por la crueldad de la época a ser un simple exiliado que lo ha perdido todo. Así murió Machado en Colliure (acogido por unos pocos amigos, su hermano José y algunos benevolentes lugareños que en seguida comprendieron a quién tenían entre sus manos) en la más absoluta pobreza. Y así fue enterrado, siguiendo las instrucciones que él mismo dio a su hermano José antes de morir, con la máxima sencillez.

Debemos decir que aquí se cumplió a rajatabla y al cien por cien la teoría titiritera que dice que a un máximo despojo de la forma (máxima síntesis), mayor fuerza expresiva se consigue, y mayor capacidad de atracción. Pues el revivir que los testigos y más tarde la Historia ha hecho de estos últimos días y momentos de despojo del poeta, aumenta cada día más el interés que hoy sentimos por su figura.

Tumba de Antonio machado en Colliure.
Visitar su tumba en el cementerio de Colliure es uno de los momentos más emocionantes para los que somos sensibles a esos reveses de la Historia, que suelen ir parejos al acontecer trágico en relación a sus grandes protagonistas. 

Una hermosa tumba lo acoge hoy, construida por subscripción popular  gracias a la acción de quién fue el primero en acogerlo en Colliure, Jacques Baills, y el apoyo decidido de José María Corredor y Pau Casals, pues el poeta al morir fue enterrado en un nicho cedido por la señora Py Deboher, amiga de la familia Bougnol Quintana que regentaba el hotelito donde se hospedaba Machado. 

La tumba de Antonio Machado ocupa hoy el centro mismo del cementerio viejo de Colliure. Una tumba que parece posarse sobre el suelo con un relajo de siglos, con algunos versos del poeta grabados en dos pequeñas lápidas, rodeada de flores que siempre están frescas, recién puestas por manos anónimas, y coronada por una vieja y hermosa bandera republicana –muy parecida a la que podemos imaginarnos le acompañó a la sepultura.


Casa donde murió Antonio Machado.
Sin manejar títere alguno, Machado aplicó toda su vida los principios estéticos más radicalmente titiriteros, ese mismo espíritu que siempre ha insuflado a la poesía popular de todas las épocas.

Dice Mairena a sus alumnos: “Lo clásico es el empleo del sustantivo, acompañado de un adjetivo definidor. Así, Homero llama hueca a la nave; con lo cual se acerca más a una definición que a una descripción de la nave. En la nave de Homero, en verdad, se navega todavía y se navegará mientras rija el principio de Arquímedes. Lo barroco no añade nada a lo clásico, pero perturba su equilibrio, exaltando la importancia del adjetivo definidor hasta hacerle asumir la propia función del sustantivo” (del libro Juan de Mairena).

1 comentario:

  1. LA SOMBRA DE DON ANTONIO MACHADO EN TODA ESPAÑA


    Se han pasado muchos años
    y su historia está presente,
    aun se recuerdan los daños
    de la guerra en mucha gente.

    Fue Don Antonio Machado
    una victima de guerra,
    su corazón tan cansado
    en Colliure se le entierra.

    Caminante sin destino
    el exilio es su frontera,
    poco a poco el desatino
    le amarga la dura espera.

    El Mediterráneo siente
    las ciudades destrozadas,
    en aquel terrible ambiente
    sus horas están contadas.

    Entre versos y lamentos
    Don Antonio se acababa,
    fueron tan tristes momentos
    que mucho exilio lloraba.

    España vive sus versos
    de tristeza con nostalgia,
    nunca sufrieron reversos,
    con ellos llego su magia.

    Por los “Campos de Castilla”
    donde se sueña esperanza,
    me suenan a maravilla
    versos que dejan templanza.

    Don Antonio sigue vivo,
    sus versos hoy se les canta,
    siempre tienen su motivo
    y al agricultor le encanta.

    Su sombra no se ha borrado
    el camino es de alabanza,
    su cancionero a quedado
    entre coplas con su danza.





    Machado marco caminos
    por las veredas de España,
    sufriendo los tristes signos
    de morir en tierra extraña.

    Versos que dan emociones
    en la Soria Machadiana,
    sombras llenas de razones
    que alegran cualquier mañana.

    Los recuerdos hoy se escriben
    entre versos de nostalgia,
    y hay veces que se perciben
    sin ver que nadie les plagia.

    Las sombras están perennes
    por los caminos de España,
    jamás sufrieron vaivenes
    al ver que a nadie le daña.

    Aunque pasen muchos años
    Machado tendrá su marcha,
    subiendo muchos peldaños
    su verso que siempre engancha.

    Cuando el camino se acaba
    y solo queda la tierra,
    el poeta siempre alaba
    lo que el corazón encierra.

    Hoy los caminos de España
    recuerdan al buen Machado,
    su repertorio no engaña
    y su verso es anhelado.

    Desde la tierra francesa
    donde allí sigue enterrado,
    a nuestra mente regresa
    todo el camino marcado.

    Sombras de luces soñando
    hicieron grande su historia,
    y España va recordando
    su verso que suena a gloria.
    G X Cantalapiedra.
    10 – 10 - 2014

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