domingo, 29 de septiembre de 2013

Bornet, el Putxinel·li de la Ciutat del Born, invita a Pulcinella, de Gaspare Nasuto, Nápoles. Sábado 5 y domingo 6 de octubre de 2013.


Kasperl del Museo de Marionetas de Lübeck.
En estas Rutas de Polichinela, hemos recorrido las distintas ciudades europeas para buscar los personajes fijados por la tradición. Una veces los hemos encontrado a la primera, otras veces hemos tenido que indagar en profundidad y usar la imaginación para verlos cara a cara. Y lo que hemos podido constatar, es que la actualidad es hoy plenamente favorable no sólo a revitalizar las distintas tradiciones y sus personajes, sino también a crear nuevas caras y nuevos nombres, como si el actual siglo XXI fuera un siglo proclive a este tipo de nacimientos, sin duda acuciado por sus dinámicas vertiginosas de cambio, como si en los intersticios provocados por los movimientos del suelo surgieran necesidades nuevas y las formas capaces de satisfacerlas.

Kasperl y Frieder Simon, de Halle, Alemania.
En Alemania, donde el Kasperl se había convertido en comida exclusivamente infantil, hemos podido comprobar cómo en muchas ciudades hay espectáculos de Kasperl para adultos. Lo hemos visto en Múnich y en Halle, y son varios los espectáculos que giran hoy por los festivales europeos con nuevas versiones del bufonesco personaje.

El Born, con la Plaza del Bornet en primer plano.
Foto Marçal Font.
En Barcelona, en la ciudad antigua derruida durante la guerra de sucesión de 1714, renacida hoy con sus entrañas pétreas al descubierto bajo la impresionante cubierta del viejo Mercado del Born, obra del arquitecto Fontseré, acaba de nacer un personaje que se postula como un nuevo Polichinela, en este caso de la llamada Ciutat del Born. Se llama Bornet, nombre que viene de la placita que existía en aquel lugar y cuyo suelo de amplias losas de piedra puede verse hoy ocupando el centro del complejo del Born, justo bajo la pequeña cúpula que corona su imponente arquitectura.

Bornet.

En efecto, una de las sorpresas más alegres y estimulantes de la apertura del Born Centro Cultural, ha sido la irrupción de este personaje llamado Bornet, surgido cómo se ha dicho de las mismas piedras puestas al descubierto por los arquitectos y arqueólogos responsables del complejo museístico. La realidad del personaje y su profunda relación con el espacio que lo ha visto nacer, ha sido corroborada por el mismo historiador de todo el complejo del Born, autor de varios libros que describen exhaustivamente la Barcelona del 1700, Albert García Espuche. El historiador, en efecto, tras reconocer en el acto los rasgos físicos y mentales del personaje, lo ha ratificado con las siguientes palabras: "Sí, en efecte, en Bornet és en Bornet", dijo el eminente historiador, cerrando el tema con la Potestas que le otorga su Auctoritas en el asunto que nos atañe .


Títere e imagen de Marga Carbonell.
Se entiende que si cada ciudad tiene a su Polichinela, la Ciudad del Born quiera tener a su Bornet. Es decir, al ser la del Born una ciudad dentro de otra, nudo simbólico de las distintas épocas que la conforman, parece lógico que también Bornet sea un nudo simbólico de los rasgos que definen la ciudad del Born.

¿Qué significa esto? Pues que si por un lado encarna el perfume de las almas invisibles que siguen habitando las ruinas de la Ciudad del Born, su alma de polichinela tiene chispas de Titella y de Pericu, así como de los otros personajes que han vivido en la ciudad de Barcelona, sean antiguos o modernos. Y, por la misma regla de tres, se refleja en sus hermanos europeos que provienen del Pulcinella napolitano o le son primos hermanos.

Todo ello explica que al inaugurarse el flamante nuevo Centro Cultural del Born, en la Sala Moragas -espacio polivalente pensado para las representaciones teatrales, los conciertos o las proyecciones de cine-, Bornet haya querido inaugurar su ciclo de Títeres y Ciudades invitando al Pulcinella napolitano, que en esta ocasión llega servido por Gaspare Nasuto, un gran virtuoso del personaje.

El Pulcinella de Gaspare Nasuto.
Se trata de mostrar cómo cada ciudad ha ido generando a sus propios personajes, desvelando las relaciones que existen entre la ciudad y su pequeño héroe. Tras Pulcinella, llegará en noviembre el Karagöz de Cengiz Özek, y en diciembre el Kasperl de Frieder Simon, de la ciudad alemana de Halle.

Y en cuanto a los grupos y títeres locales, iniciará en octubre la programación Joan Baixas con su Música Pintada, para seguirle en noviembre Pa Sucat con "Las Maravillas de Oriente", y en diciembre Jordi Bertrán con su "L'Alè dels Fils".

Imagen de "Música Pintada", de Joan Baixas.
He aquí el calendario de las funciones, con sus horarios correspondientes:

Mes de octubre:
- Sábado 5, a las 18h y el domingo 6, a las 12:30 h , Pulcinella, de Gaspare Nasuto, Nápoles.
- Sábado 26, a las 18h y el domingo 27, a las 12:30 h, Música Pintada, de Joan Baixas.

Mes de noviembre:
- Sábado 2 , a las 18h y domingo 3, a las 12:30h, Karagöz, de Cengiz Özek, Estambul.
- Sábado 23, a las 18h y domingo 24, a las 12:30h, "Las Maravillas de Oriente", de Pa Sucat.

Mes de diciembre:
- Sábado 7, a las 18h, y domingo 8, a las 12:30h, Kasperl de Frieder Simon, Halle.
- Sábado 21, a las 18h, y domingo 22, a las 12:30h, "L'Alè dels Fils" de Jordi Bertran.

- Precio para todas las funciones: 5 euros .

viernes, 20 de septiembre de 2013

Antonio Machado y los títeres



Antonio Machado.

El azar polichinesco me ha llevado estos días inesperadamente a Colliure, una pequeña localidad que se encuentra en la llamada Côte Vermeille, la Costa Brava francesa que empieza al sur de Argelès-sur-Mer y acaba en Portbou, ya en el lado español. 

Una ciudad hoy pequeña y turística que sin embargo fue el puerto comercial más importante de la región en la época medieval –con un magnífico Palacio Real donde los reyes de Mallorca solían pasar el verano, hoy muy modificado por las reformas de Vauban, el arquitecto que transformó el paisaje militar francés durante el reinado de Luis XIV, el Rey Sol.

La otra gran curiosidad de Colliure es que en ella murió Antonio Machado el 22 de febrero de 1939, al poco tiempo de llegar tras huir de España. Se trata de uno más de los dramáticos sucesos que ocurrieron en aquellos aciagos días en la frontera catalana entre Francia y España, pero que la gran altura literaria de Machado, uno de los más grandes poetas en lengua castellana del siglo XX, lo convierte en un episodio infinitamente triste del final de la Guerra Civil Española. 

Se preguntará el lector qué relación existe entre Machado y los títeres, y le diré que ninguna. Que yo sepa –y ojalá me equivoque…–, nunca el poeta sevillano se interesó por esta lateralidad de las artes de Talía, aunque sí escribió para la Musa varias obras de teatro: "Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel" (1926), "Juan de Maraña" (1927), "Las adelfas" (1928), "La Lola se va a los puertos" (1929), "La prima Fernanda" (1931) y "La duquesa de Benamejí" (1932). 

Pero si me atrevo a asociarlo al gremio de los titiriteros, es porque Machado también jugó a desdoblarse (como ese otro gran “titiritero literario” que fue Fernando Pessoa) en otras personalidades, siendo una de sus “máscaras” o alter ego más conocido la figura de Juan de Mairena. Un profesor que en cierto modo ocupó el papel de maestro del mismo poeta, al poner en su boca –o en su pluma– las ideas estéticas aplicadas por Machado en su obra. Como dijo el propio Mairena en Nuevas canciones:

“Busca a tu complementario,
que marcha siempre contigo,
y suele ser tu contrario”.
La estación de tren de Colliure.
Pero lo que redobla el interés de las ideas de Mairena, es que se centran en el principio de síntesis, que el poeta asociaba a su amor por la sencillez, el despojo y la austeridad. Es decir, los mismos principios que definen el arte popular de los títeres  –la síntesis como base estilística– , es lo que defiende Mairena en sus “sentencias, donaires, apuntes y recuerdos”.

Un principio que impregnó también los últimos días del poeta, inmerso en un despojamiento total de su condición humana, reducido por la crueldad de la época a ser un simple exiliado que lo ha perdido todo. Así murió Machado en Colliure (acogido por unos pocos amigos, su hermano José y algunos benevolentes lugareños que en seguida comprendieron a quién tenían entre sus manos) en la más absoluta pobreza. Y así fue enterrado, siguiendo las instrucciones que él mismo dio a su hermano José antes de morir, con la máxima sencillez.

Debemos decir que aquí se cumplió a rajatabla y al cien por cien la teoría titiritera que dice que a un máximo despojo de la forma (máxima síntesis), mayor fuerza expresiva se consigue, y mayor capacidad de atracción. Pues el revivir que los testigos y más tarde la Historia ha hecho de estos últimos días y momentos de despojo del poeta, aumenta cada día más el interés que hoy sentimos por su figura.

Tumba de Antonio machado en Colliure.
Visitar su tumba en el cementerio de Colliure es uno de los momentos más emocionantes para los que somos sensibles a esos reveses de la Historia, que suelen ir parejos al acontecer trágico en relación a sus grandes protagonistas. 

Una hermosa tumba lo acoge hoy, construida por subscripción popular  gracias a la acción de quién fue el primero en acogerlo en Colliure, Jacques Baills, y el apoyo decidido de José María Corredor y Pau Casals, pues el poeta al morir fue enterrado en un nicho cedido por la señora Py Deboher, amiga de la familia Bougnol Quintana que regentaba el hotelito donde se hospedaba Machado. 

La tumba de Antonio Machado ocupa hoy el centro mismo del cementerio viejo de Colliure. Una tumba que parece posarse sobre el suelo con un relajo de siglos, con algunos versos del poeta grabados en dos pequeñas lápidas, rodeada de flores que siempre están frescas, recién puestas por manos anónimas, y coronada por una vieja y hermosa bandera republicana –muy parecida a la que podemos imaginarnos le acompañó a la sepultura.


Casa donde murió Antonio Machado.
Sin manejar títere alguno, Machado aplicó toda su vida los principios estéticos más radicalmente titiriteros, ese mismo espíritu que siempre ha insuflado a la poesía popular de todas las épocas.

Dice Mairena a sus alumnos: “Lo clásico es el empleo del sustantivo, acompañado de un adjetivo definidor. Así, Homero llama hueca a la nave; con lo cual se acerca más a una definición que a una descripción de la nave. En la nave de Homero, en verdad, se navega todavía y se navegará mientras rija el principio de Arquímedes. Lo barroco no añade nada a lo clásico, pero perturba su equilibrio, exaltando la importancia del adjetivo definidor hasta hacerle asumir la propia función del sustantivo” (del libro Juan de Mairena).